Introducción: El cáncer infantil es considerado la segunda causa de mortalidad en la edad pediátrica. Debido a los avances en la investigación, el número de supervivientes ha aumentado. Una de las complicaciones debido al cáncer y a su tratamiento, es la desnutrición, que repercute en la tolerancia y respuesta a los diferentes tratamientos oncológicos así como en la supervivencia. Objetivos: Estudiar los hábitos dietéticos de una muestra de niños diagnosticados de tumor sólido o leucemia, comparándolos con las recomendaciones vigentes y analizando las modificaciones alimentarias que se producen tras haberse establecido el diagnóstico y durante el tratamiento del mismo. Material y métodos: estudio transversal en el que se recogieron datos relativos a una muestra de 39 niños con tumor sólido o leucemia, durante los meses de mayo y junio. Las variables recogidas en este estudio son: variables epidemiológicas, variables de la historia dietética y variables antropométricas. Una vez recogido los datos, éstos fueron analizados mediante el programa IBM SPSS Statistic. Resultados: El consumo de cereales, frutas, verduras y hortalizas, frutos secos, legumbres, huevos y pescados antes y durante el tratamiento, no alcanza las recomendaciones establecidas establecidas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), encontrándose modificaciones entre ambos momentos. Se observó como el consumo de cereales, fruta y verduras antes y durante el tratamiento se relaciona de manera significativa con la calidad de la dieta saludable en el paciente oncológico pediátrico. En la antropometría, se encontraron diferencias significativas en cuanto al peso e IMC antes y durante el tratamiento, así como en el pliegue tricipital y el perímetro braquial y el riesgo nutricional de los pacientes. Éstas modificaciones en la antropometría están directamente relacionadas con el riesgo nutricional. Conclusión: Las recomendaciones de la SENC están muy lejos de la realidad en la dieta del paciente pediátrico oncológico, siendo más notable en determinados alimentos, debido al rechazo que producen algunos alimentos en cuanto a su sabor u olor. Esta situación favorece a la malnutrición antes del tratamiento. Sería interesante la realización de estudios que promuevan mejorar la calidad de la dieta durante el tratamiento.