Esta carta dirigida a Michael Handelsman es un ejercicio de reflexión en el que Catherine Walsh escribe “con-versando y co-pensando” con el explícito propósito de recordar y destacar la labor literaria, intercultural y decolonial de Handelsman, en relación a su labor como estudioso de la literatura ecuatoriana, de manera particular afro-ecuatoriana, cuya mirada afrocentrada no ha dejado de leer, desde ese lugar, la cultura y la sociedad en su conjunto. Las palabras de Walsh se entretejen desde una rotunda crítica al poder letrado y una declarada empatía afectiva “personal-político-intelectual” con su interlocutor, como lugares privilegiados de enunciación.