El estudio tradicional de cerámica mediante la relación forma-función ha predominado en la arqueología doméstica mexicana. Los contenidos reales de los recipientes excavados en los yacimientos, generalmente no han sido estudiados con suficiente profundidad para la época prehispánica. En el proceso de la investigación que aquí presentamos, se aborda el tema de la preparación y consumo de alimentos en el Posclásico Tardío (1200-1521) para el Centro de México a partir del estudio de los residuos químicos de las cerámicas arqueológicas. Para esto se seleccionó un yacimiento mesoamericano localizado al sur de la actual Ciudad de México: Xochimilco. La Ciudad de México se encuentra en la cuenca de México, que es una área que está en el Altiplano Central del actual territorio mexicano y se forma de manera natural por el cruce del Cinturón Volcánico Transmexicano, la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental. En la antigüedad, la cuenca de México se componía de cinco grandes lagos, algunos salados y otros dulces debido a las características de los suelos (Parsons, et al. 1982). Xochimilco era un asentamiento extenso y daba nombre al más sureño de los lagos. Sus habitantes se caracterizaban por ser muy hábiles en el trabajo artesanal, pero destacaban por su trabajo agrícola con el uso de la siembra de milpa en chinampas (Parsons 2008). Las chinampas son grandes islotes artificiales construidos generalmente con tierra extraída del fondo del lago, delimitados con árboles llamados ahuejotes (Salix bonplandiana), cuyas raíces crecían hasta el fondo del lago y fijaban la chinampa (Cabrero 1980). A Xochimilco se le llamó “el granero de Tenochtitlan” debido a que, una vez conquistada la ciudad por los mexicas, también conocidos como aztecas, fue el principal proveedor de alimentos a la capital de dicho imperio (Parsons, et al. 1982). Este asentamiento fue ocupado desde la época precerámica del Centro de México (4200 a.C. [Acosta y McClung 2015]); sin embargo, es en el periodo Posclásico Tardío cuando presenta su mayor apogeo (Peralta 2011), aunque a partir de 1430 estuvo bajo el dominio del pueblo mexica, quien a partir de esa fecha inició el dominio de toda la cuenca de México y sus territorios aledaños. Una gran área del yacimiento arqueológico de Xochimilco ha quedado enterrada debajo del actual emplazamiento urbano, y debido a que la mancha urbana ha crecido con rapidez, es poco lo que se ha registrado arqueológicamente. Sin embargo, se han llevado a cabo algunos proyectos de excavación de salvamento arqueológico que han permitido saber más acerca de los xochimilcas. Para la presente investigación se están analizando muestras de cerámicas procedentes de los proyectos “Prospección Arqueológica en Avenida Morelos No. 59, Colonia Barrio El Rosario, Xochimilco, D.F.”, dirigido por la arqueóloga María Teresa Castillo Mangas (2013), y “Salvamento arqueológico Pedro Ramírez del Castillo No. 6 Bis Col. Barrio San Pedro Deleg. Xochimilco (Restaurante Toks)”, dirigido por la arqueóloga Gabriela Mejía Appel (2018). Ambas excavaciones llevaron a la luz espacios domésticos habitados en los últimos años antes de la llegada de los conquistadores castellanos a la cuenca de México. El primer proyecto identificó restos arqueológicos pertenecientes a un grupo de alto nivel socioeconómico que vivía cerca del centro religioso del antiguo asentamiento xochimilca; el segundo proyecto identificó restos arqueológicos de un grupo de artesanos que vivían en los límites del asentamiento en la ribera del lago. Las muestras cerámicas fueron analizadas con spot tests, desarrollados por Barba et al. (1991) para identificar la presencia de residuos químicos. Una selección de las muestras se está analizando con cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas (GC-MS), siguiendo diferentes métodos de extracción (Correa Asencio et al. 2014; Evershed 1993; Evershed et al. 1997; Charters et al. 1993; Pecci et al. 2013). Algunas muestras presentan una capa blanca que podría estar asociada al empleo de cal para la nixtamalización del maíz o bien para la preparación de miel de agave, por esto se han seleccionado para su análisis con FTIR y para el análisis de gránulos de almidones. Los primeros resultados de los contenidos de cerámicas domésticas analizadas permiten establecer algunas diferencias entre el uso de las formas estudiadas y confirman la presencia de carbonatos de calcio como compuesto principal de las capas blancas identificadas.
Este trabajo es parte de la investigación doctoral de M. Hernández-Grajales en el programa de doctorado "Societat i Cultura" de la Universidad de Barcelona, gracias al Programa de Becas para Estudios en el Extranjero FONCA-CONACYT, 2018. CNCA.FONCA.04S.04.PBEE.EC.DO.017.18. CONACYT: Apoyo 709373, de las actividades del ERAAUB (2017 SGR 1043), del Laboratorio de Prospección Arqueológica del IIA de la UNAM y la IMF-CSIC. El análisis de los materiales cuenta con el permiso del Consejo de Arqueología del INAH (oficios 401.1S.3-2019/1151, 2020/1003, 2019/359 y 2020/1288).