La muerte súbita cardiaca es la principal causa de muerte durante la práctica deportiva. Diferentes trastornos cardiacos —estructurales o eléctricos— se asocian con la muerte súbita cardiaca de los deportistas y la mayoría muestra alteraciones en el electrocardiograma (ECG) de reposo. Sin embargo, la interpretación del ECG del deportista supone un reto, dado que las manifestaciones eléctricas de la adaptación fisiológica al entrenamiento pueden dificultar su diferenciación de algunas cardiopatías. Moduladores como la raza, la edad, el sexo, la modalidad deportiva, la historia deportiva y la intensidad del entrenamiento pueden dificultar aún más su interpretación, por lo que son necesarios conocimientos específicos y experiencia en la interpretación del ECG del deportista.