Tradicionalmente el objetivo de la anticoagulación para el paciente con fibrilación auricular se centra principalmente en la prevención del ictus. Pero lo cierto es que estos pacientes tienen numerosas comorbilidades que también condicionan el pronóstico de manera muy importante y es necesario abordar. Esto también debería condicionar la elección del mejor tratamiento anticoagulante para el paciente en alto riesgo cardiovascular. En general, la eficacia y la seguridad de los 4 anticoagulantes orales de acción directa frente a warfarina son consistentes, independientemente de que el paciente tenga antecedentes de ictus/ accidente isquémico transitorio, diabetes mellitus, insuficiencia renal o infarto de miocardio. En el caso del rivaroxabán, varios estudios muestran que podría reducir el riesgo de infarto de miocardio y generar menos complicaciones renales que la warfarina. En un subestudio del ROCKET-AF, en pacientes con diabetes mellitus, el rivaroxabán redujo significativamente (20%) la mortalidad cardiovascular y estudios de práctica clínica muestran que el rivaroxabán no solo reduce significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares mayores, sino también el riesgo de enfermedad arterial periférica. Como resultado de todo ello, el rivaroxabán podría considerarse como una opción preferente para la anticoagulación de los pacientes con fibrilación auricular no valvular y alto riesgo cardiovascular, por las ventajas adicionales que proporciona en esta población.