Durante décadas, Colombia estuvo en la agenda nacional e internacional de los estudios sobre violencia, por la prolongada duración del conflicto armado, por la diversidad de actores con roles y características diferentes, y especialmente por las serias consecuencias en cuanto a desplazamientos, desapariciones y asesinatos sufridos por amplios sectores de la población, así como por los graves efectos sobre el uso y apropiación de valiosos recursos vinculados a la tierra y a las actividades extractivas. Pasados algo más de cuatro años del proceso de implementación del Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-EP), que por el alcance de los compromisos y por los acuerdos inéditos en justicia transicional ha despertado un gran interés de académicos y políticos en el concierto internacional, en este artículo se presentan algunas reflexiones sobre el contexto en el que se ha desarrollado su implementación, las oportunidades que se han abierto, y los avances y retos que enfrenta, la mayoría de ellas derivadas de los informes realizados por los órganos dispuestos para el seguimiento y verificación de los compromisos adquiridos por las partes. [ABSTRACT FROM AUTHOR]