Aunque la ética no debería ser instrumentalizada, la discusión de cuestiones éticas con participantes y gatekeepers (‘guardianes’) puede guiarnos a nuevos conocimientos. A través de ejemplos de una investigación etnográfica con niños y familias con temor a ser deportadas realizada en Birmingham, Reino Unido, y Malmö, Suecia, este artículo reflexiona sobre cómo una aproximación de la ética como proceso puede convertirse en parte de la producción de conocimiento en contextos sensibles y de investigación politizada. Esto es resultado de la naturaleza ambivalente de la investigación etnográfica con grupos vulnerables y, el artículo, por lo tanto, anima a los investigadores a acoger las ambivalencias de co-construir el campo a través del trabajo con gatekeepers (‘guardianes’) y estableciendo confianza y consentimiento para posibilitar una producción de conocimiento más transparente y reflexiva. En conclusión, se sugiere que ante la creciente politización del área de los niños y las familias migrantes será necesario que los investigadores que deseen acoger esta ambivalencia, se alineen con la lucha expresada por los participantes para facilitar el desarrollo de investigación participante de gran calidad entre estos grupos.